8 de enero de 2016

Un rincón de Chorrillos para dejar el tiempo pasar


Las ciudades siempre nos abruman con tanto asfalto, cemento y modernidad. Todos van apurados  de un lado a otro, concentrados en sus propios pensamiento o en las pantallas de sus teléfonos, cada vez es más difícil interactuar así de la nada con otras personas o con la misma ciudad. A pesar de todo eso siempre hay lugares escondidos, pequeños rincones donde el tiempo parece que se detuvo y la gente va más lento y la naturaleza todavía no se deja conquistar por el concreto.

Sin querer me tope con un lugar así. Terminaba noviembre y los rayos de sol ya se dejaban ver en el cielo limeño. Aprovechando el calorcito fuimos a la playa, a Agua Dulce, en Chorrillos, y estuvimos un rato allí jugando en la arena. Cuando nos aburrimos de la playa fuimos a caminar por el malecón y llegamos hasta el terminal pesquero. Nunca antes había estado allí y fue como cruzar a una dimensión paralela.

Lo primero que vimos fue el movimiento natural por la venta del pescado. Vendedoras que te llamaba de todos lados, muy cordiales, para que puedas ver la variedad de pescados que ofrecían. Amistosos jaladores que nos trataban de convencer para que fuéramos a comer algún plato con pescado fresco a los restaurantes. Las gaviotas y los pelícanos también se veían amistosos, no se asustaban con las personas y vigilaban atentos si un poco de pescado caía al suelo para comer. 

Luego de cruzar el alboroto y bullicio de los puestos de pescado pude contemplar los botes de pesca que flotaban silenciosos e impertubables en el mar, por unos instantes olvidé que estaba en la ciudad, mucho menos pensé en el club que teníamos al costado. Yo me sentía en cualquier recóndito y solitario puerto, menos en Lima. Pero claro, esa sensación no duraría demasiado, levanté la mirada, enfoqué hacía el fondo y allí estaba otra vez la gran ciudad.


Aquí adelante el tiempo pasa lento. Allá atrás, a nadie le alcanza el tiempo.

Ese día no había llevado la cámara y no pude captar todos esos contrastes: el bullicioso mercado al costado del "exclusivo" club, y el puerto artesanal frente a una ciudad con grandes y modernas construcciones. Por eso, lo primero que hice al llegar a la casa fue meter mi cámara en la maletera de la moto. El plan sería escaparme un rato del trabajo a la hora de almuerzo e ir hasta Chorrillos a ver si lograba capturar ese paisaje tan de pueblo dentro de la ciudad.

A pesar del sol que gozamos ese fin de semana, el clima no estuvo de mi lado los días que siguieron. Hasta que al fin el miércoles se veía favorable, aunque por la oficina el cielo estaba nublado a lo lejos Chorrillos se veía despejado y soleado. Corriendo fui al estacionamiento, monte en la moto y rápidamente conduje hacia el terminal. Sólo disponía de la hora de almuerzo y tenía que regresar a tiempo pues ese día nos daban nuestro bono por navidad.

Cuando llegué el calor era infernal, más aún porque estaba con casaca así que de inmediato guardé las llaves de la moto en el bolsillo de la casaca (costumbre que se me hizo necesaria pues en dos ocasiones ya había dejado las llaves puestas en la moto, felizmente con un tranquilizador desenlace), abrí la maletera de la moto, saqué la cámara, me quité la casaca y la puse en la maletara, y muy contento fui hacia los puestos de pescados.

Al parecer había llegado muy tarde, no había gente y no había pescados, así que del terminal no nada pintoresco para capturar en foto. Felizmente los botes y pelícanos no me defraudaron y me ofrecieron ese contraste de paisajes citadino-artesanal del que ya les había hablado y esas son las pocas fotos que ahora les ofrezco. Terminé con las capturas y regresé rápidamente a donde había dejado la moto pues tenía que regresar al trabajo, misión que se me hizo casi imposible pues si leyeron bien el párrafo anterior ya habrán notado el error que cometí y ya estarán imaginando lo que me sucedió. Hasta en las cortas salidas en ciudad siempre me pasa algo anecdótico para contar.

Al inicio desconfiado, luego posó muy natural para la foto que encabeza esta historia.

Y después llamo a sus colegas, todos posando para la foto.

Pequeños botes de pesca artesanal bajo la gran ciudad.

Y bueno, llegué a la moto, busqué la llave para abrir el maletero y caí en cuenta que había guardado la llave en la casaca y ésta a su vez en el maletero. Se me heló el cuerpo ¿y ahora? tenía que regresar pronto al trabajo y San Isidro no está tan cerca que digamos. Felizmente con el apuro no había colocado bien la casaca y un pedazo de manga salia por debajo del asiento y haciendo más uso de la maña que de la fuerza pude sacar la casaca y la llave. Nuevamente monte la moto, esta vez para salir de ese rincón de ciudad donde el tiempo transcurre lento y sin prisas para correr hacía la zona de altos edificios donde esperar la luz roja del semáforo parece una eternidad.


Todas las fotos en el álbum de Facebook.


9 comentarios:

  1. ¡Exacto! yo también sentí esa diferencia, como si no estuviera en la gran Lima, por momentos me hizo recordar a Huanchaco o Pimentel, fue raro.
    ¡Me encantan tus fotos compadre!
    Saludos :)

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    1. Hola Marco, que bueno que no soy el único loco nostalgico jajaja. Hay muchas cosas que pasan desapercibidas en esta ciudad. Gracias por lo de las fotos. A mí también me gusta a blog. Saludos.

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  2. Ola amigo. De casualidad encontre tu blog y me parecio muy interensante e invita a aventurarse a viajar manejando. Una consulta tu auto motor de cuanto es? No te genera problemas cuando vas a altura? Gracias por el dato.

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    1. Hola Joany, gracias por tu mensaje. El motor de mi auto es pequeño: 1.1; y si baja un poco la potencia en altura; pero nada que no nos permita avanzar. Hemos llegado hasta los 5000 metros, lento en la subida, pero suelto en las partes planas. De todas formas suelo ir lento para no perderme el paisaje.

      Saludos.

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  3. Mucha nostalgia

    Saludos desde fuera del pais

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  4. Yo fui de visita a la selva, exactamente de Turismo a pacaya samiria y fue una experiencia grandiosa, y me dejo grandes recuerdos.Muy recomendada.

    http://yanayacuexpeditions.blogspot.com

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  5. Precioso lugar que me gustaría visitar de nuevo. Lo visité hace como 10 años y la verdad que me trasladó a otra época en que el tiempo transcurría con más lentitud. Saludos.

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  6. Echo de menos mi Perú natal con mucha nostalgia, sobre todo cuando alguien comparte fotos tan bonitas y evocadoras. Todavía quedan muchos meses para poder volver. Muchísimas gracias.

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